¿Conoces la historia de la figura del sereno en Madrid?
Nos adentramos en la historia de los serenos para empaparnos de las curiosidad de la villa Madrid.
Los serenos durante años fueron los guardianes de las calles de Madrid y de otras muchas ciudades España. Las primeras noticias sobre ellos están datadas en el año 1715 pero no es hasta el año 1765 cuando se crea el Cuerpo de Serenos.
Los requisitos para entrar a formar parte del Cuerpo de Serenos consistían en : medir cinco pies de altura como mínimo, tener voz fuerte y clara y no ser menor de 20 años pero tampoco sobrepasar los 40.
Las funciones que tenían era activar el alumbrado de la gran ciudad ( por ello, popularmente también eran conocidos como ” faroleros”) y hacer “rondas nocturnas” para preservar la seguridad en las calles.
Aparte de todo esto, con el tiempo comenzaron a asumir otras funciones ” no oficiales” siempre y cuando lo requería la ocasión. Por ejemplo, acompañar a los vecinos a sus viviendas, ahuyentar a malhechores, avisar a los servicios sanitarios cuando ocurría un accidente o buscar confesores de determinados hechos.
Pero quizá lo más curioso es que iban pregonando las medias y los cuartos de cada hora además de informar de las condiciones meteorológicas del momento. Algo que hoy en día resulta peculiar y llamativo. De estas situaciones, han quedado dichos populares tales como ” “Las tres y cuarto y nublado”.
El uniforme que llevaban para llevar a cabo el oficio se ha convertido en un referente del tipismo madrileño. Consistía en lo siguiente: capote gris, gorra de plato, un chuzo ( era un arma defensiva que consistía en un palo de madera acabado en una punta de hierro) , un silbato de bronce y un buen manojo de llaves.
Pero a medida que el tiempo pasa, su indumentaria también fue evolucionando. Por ello, a principios del siglo XIX, el capote gris fue sustituido por una bata que siguió manteniendo el color gris. Pero lo que viene siendo sus utensilios de trabajo permanecieron iguales: chuzo, llaves y silbato. Es más, era tanto el uso que hacía del silbato que la policía llego a ignorar en ocasiones tal señal y de ahí nació el refrán ” Tomar por el pito un sereno“.
Su presencia era fundamental sobre todo a partir de las diez de la noche cuando para entrar en la vivienda era necesario que el sereno abriera el portal. Entonces en esa época, la persona en cuestión para que el sereno le abriera el portal, tenía que dar fuertes palmadas y gritar Sereno“. Entonces a esta llamada, ellos respondían con ” Va” y daban un golpe al suelo con el chuzo. ¿Te imaginas hacer esto ahora mismo?
Con la llegada de los porteros automáticos la figura del sereno va desapareciendo hasta que a finales de los años 70 desaparece por completo su oficio. El último sereno en Madrid fue Manuel Amago y como reconocimiento a su labor tiene una placa conmemorativa en la calle Gómez Ulla entre los portales 8 y 10, donde se puede leer: ” A Manolo Amago, el último sereno de Madrid, en agradecimiento a sus servicios desde 1956”.